La Educación Inclusiva

Hi, everyone! En esta nueva entrada del blog centraremos nuestra atención en la diversidad en el aula y en sobre cómo, al ser docentes, deberíamos atender a las necesidades especiales de estos alumnos.

He decidido escoger el trastorno de ansiedad  generalizada, puesto que me ha parecido bastante interesante. Como su nombre lo indica, se refiere a la situación en la que el individuo experimenta una ansiedad constante y a largo plazo, sin saber su causa. Estas personas tienen miedo de algo, pero son incapaces de explicar de qué se trata. Debido a su ansiedad no pueden desempeñarse en forma normal. No logran concentrarse, no pueden apartar sus temores y sus vidas empiezan a girar en torno a la ansiedad. Esta forma de ansiedad puede, al final, producir síntomas fisiológicos. Las personas que padecen del trastorno de ansiedad generalizada pueden comenzar a sufrir dolores de cabeza, mareos, palpitaciones cardiacas, insomnio entre otros, pero todos son síntomas inocuos.

El trastorno de ansiedad generalizada es una afección común por lo que cualquier persona puede sufrir este trastorno, incluso los niños. Aquí algunas situaciones que pueden aumentar el riesgo de padecer TAG:

  • Tiene un familiar cercano que sufre de un trastorno de ansiedad.
  • Problemas de aprendizaje o de memoria.
  • Condición prolongada, como diabetes, depresión, consumo abusivo de drogas o alcoholismo.
Considero que la educación y la ansiedad mantienen una relación estrecha puesto que los exámenes, la aceptación de los compañeros, el acoso escolar, los deberes, y muchas otras situaciones pueden crear ansiedad en los niños en la escuela. El hecho de sentir que no encajas adecuadamente, hablar en público, no tener suficiente tiempo debido a la gran cantidad de deberes que se dejan para casa, influye en los jóvenes de manera negativa, y puede resultar en un trastorno de ansiedad generalizada. De esta manera, tanto su rendimiento académico como su salud mental pueden verse afectadas dando lugar a ataques de ansiedad, problemas para dormir, migrañas, falta de motivación, y dificultades de concentración. 

Todos hemos sentido ansiedad en determinados momentos, y opino que, como docentes, deberíamos saber guiar a nuestros alumnos por el camino correcto, y sobre todo crear un ambiente pacífico en el aula donde la ansiedad no tenga cabida. Dicho esto, os propongo algunas soluciones para tratar la ansiedad en el aula:
  • Ten paciencia y escúchales
  • Alaba y apoya sus esfuerzos
  • Enséñales estrategias para ayudarles a lidiar con la ansiedad
  • Habla con ellos regularmente y pregúntales cómo se sienten

Lo primordial es que siguiendo estos pasos, y otros más que podamos investigar, ayudemos a nuestros alumnos a superar situaciones de estrés u ansiedad para que no desemboquen en algo peor como sería la depresión u otros problemas de mayor gravedad.

Si has llegado hasta aquí,¡muchas gracias por leerme!

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